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New York, Tasmania... y Colombia ¿por qué no?

El gobierno de Tasmania ha declarado que se ha convertido en el primer estado australiano, y una de las pocas jurisdicciones en todo el mundo, que funciona en su totalidad con electricidad renovable. Nueva York adoptó un estándar de cartera renovable en 2004 y el Estándar de energía limpia (CES) en 2015. Actualmente, el CES requiere que genere electricidad 100% libre de carbono para 2040. Además, pretende que logre emisiones netas de carbono cero en toda la economía para 2050.

No es para menos que en Colombia nos creamos el cuento de que podemos desempeñar un papel crucial en la promoción de energías limpias y un real aporte a la acción climática.


¡Por Dios, somos un país rico en recursos naturales! nuestra ubicación geográfica y las condiciones climáticas nos convierte en un país con potencial para el desarrollo de energías renovables ideales para la producción de energía eólica y solar. La energía renovable es un factor altamente competitivo que mitiga el cambio climático y un aporte a largo plazo en sostenibilidad. Las alternativas, como el gas o el petróleo que hoy en día usamos son limitadas y afectan la resiliencia del planeta.


En Colombia la producción de energía primaria proviene de la hidro electricidad, por la abundancia de agua en la mayoría de zonas del país, y en un segundo lugar de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Sin embargo, gracias a nuestra riqueza natural y ubicación privilegiada, tenemos el potencial y mas que eso, el compromiso ético de ser un país clave en el desarrollo y aplicación de tecnologías alternativas que solucionen la crisis energética mundial. El 70% de la electricidad se produce a partir de fuentes hídricas, las cuales son muy vulnerables al cambio climático. Cerca del 30% de la energía restante proviene de termoeléctricas que combustibles fósiles para generar electricidad, mientras que apenas 0,13% proviene de fuentes de energía renovable como el viento.


En épocas de sequía (que con el cambio climático son cada vez más frecuentes e intensas) la dependencia de la generación hidroeléctrica aumenta el riesgo de quedarnos sin energía eléctrica. Estas cifras son absurdas y hasta vergonzosas en un país como el nuestro.


Finaliza el 2020 y es hora de preguntarnos como nación ¿cuál es nuestro compromiso con el planeta, la sociedad y la economía? entender que los hábitos de consumo están cambiando y que tras la pandemia muchas personas y por supuesto las nuevas generaciones demandan mejores acciones no sólo de las empresas sino de los estados, es un aspecto clave para entender que nuestro país con todos sus recursos tiene un papel crucial en la generación de energía limpia pudiendo convertirse en una verdadera superpotencia mundial en la lucha contra el cambio climático si aceleramos el cambio de los combustibles fósiles a las energías renovables.


En este orden de ideas no solo basta con renovar nuestra manera de generar energía. Es preciso generar una revolución cultural y una regulación estatal que nos permita dar el salto a la sostenibilidad. Vista así, la pandemia ha sido una gran generadora y renovadora de energía en los seres humanos quienes ya nos hemos venido preparando para luchar por un mundo mejor. Entonces, Colombia ¿por qué no? si ya existen lugares como Tasmania que funcionan al 100% con energías verdes.


Lograr esta nueva forma de pensar en un país como el nuestro, pobre en la práctica sostenible pero rico en recursos naturales puede ser la puerta que nos lleve a convertirnos en potencia en la región.... lo hemos logrado con el tema hidroeléctrico, lo podemos hacer con la energía eólica en La Guajira, la energía solar dada nuestra ubicación geográfica, gran ventaja respecto a países con estaciones y que aún así sacan partido de este tipo de energías....


Qué bueno que Colombia logre ser esa fuente de energía para el planeta, en la región. Qué prósperos seríamos como nación si superamos los intereses de algunos pocos, regulamos y fuéramos una cultura más sostenible. Lograr pasar de ser un país ya sobregirado en el gasto de los recursos naturales para ser una potencia generadora de energías renovables y de cultura sostenible es un sueño de algunos que debería ser tan viral con el coronavirus.



Adriana Gutiérrez Ramírez

bloomcoworking@gmail.com




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